domingo, 29 de enero de 2012

Una cara.

Aristóteles no tenía ni puta idea con eso de los extremos. Los hombres buscamos que tengas cara de cachonda para echarte un polvo. Y para salir contigo queremos que tengas carina de ángel. Y el ideal entre los dos extremos no existe. Se llama lo que te toca. Te conformas. Y punto pelota. Necesito una cara ya...