jueves, 9 de septiembre de 2010

Autumn

Me muero de ganas. De putas ganas. Quiero volver a oler la hierba fresca, el olor del agua mojando el asfalto mientras llueve. Oír el repiqueteo de las gotas contra las ventanas y la persiana chocando por sus raíles azotada por el viento que la mueve sin cesar impidiéndote dormir. Sentir el frío en el cuerpo. Ver la noche a las 7 de la tarde. Desgastar las suelas arrastrándolas por una alfombra de rojos marrones y verdes que las hojas forman al pasar. De volver a ver a la gente, de salir de fiesta otra vez como es debido y de volver a hacer espichas. Me muero de ganas del puto otoño ya. Aguantemos 12 días más…

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Para Olaya.

Me gustaría ser una diva. No una diva de esas de paparazzi y fotos, ni una de esas divas de televisión que se han hecho famosas por chupársela un torero, príncipe o futbolista. Quiero ser anónima. Y tú sabes de lo que hablo. Esas mujeres bellísimas que esperan sentadas en bancos o de pie en una esquina porque apoyarse en la pared es demasiado vulgar para su glamour mientras fuman un cigarrillo haciendo disimuladas oes con cada calada aspirando el aire contaminado de nicótica y otras mierdas notando como penetra en sus pulmones llenando su cuerpo haciéndolas sentir grandes y libres y luego lo expulsan echando de sí toda preocupación y problema que les atañe mientras ven pasar a la gente. Cada persona las mira de distinto modo, ellos se preguntan qué deberían hacer para hablarle o, solamente los más valientes, cómo podrían arrancar una sonrisa de esos labios perfectos y tan sensualmente coloreados que mas que sujetar el cigarrillo parece que lo miman. Y ellas, la miran admiradas, admiradas de tanta belleza, de tanta perfección junta, y algunas, las más cobardes, envidiosas de no tener lo que ella ha conseguido y no se la juegan por ganarlo a pulso.
Sin embargo, aquí me tenéis a mí. Captando toda la atención de esa chica de la esquina. Esa que está haciendo oes con un cigarrillo de Omè, si hombre de esos alargados y más estrechos. ¿No la ves? Ahora. Pues eso, no deja de mirarme. Me mira con ojos de fascinación, de admiración incluso, ve como hago malabares con las vueltas que da la vida representadas en estas 3 pelotas que sostengo y lanzo al aire una y otra vez. Y sé que por un momento soy lo único que existe para ella. Aunque nunca se valla a fijar en mí.


Esto es lo que ha salido de tu tablon ;)