miércoles, 1 de agosto de 2012

Puto Agosto.


Agosto, otra vez. No me gusta este mes, nunca me gustó demasiado, pero hay hechos puntuales en mi vida que han conseguido que me guste aún menos. Creo que alguna vez te lo conté. Y es que no soporto estar a 200km de ti. Podría decirse que no se llevar una relación cuando la distancia se interpone entre mi pareja y yo. Podría decirse que no se llevar una relación. Podría decirse que nací para morir solo. O podría decirse que nací para morir de SIDA por jugar con las trabajadoras de la compañía, dada la vida que he llevado casi siempre, saltando de una flor a otra. Robando su néctar, para llevar a la colmena de mi orgullo y ego alimentando a la reina de mi propia crapulencia.

Sólo tengo una cosa clara, que voy a estar lejos de ti mucho tiempo. Sin verte. Sin olerte, sin probarte sin sentirte. Casi un mes sin oírte reír, ni cotillear, ni mirarme con esos ojos que consiguen que me sienta desnudo rodeado de miradas que me perforan cada poro de la piel. Parece que no pero para mí es una eternidad. Y entonces me vienen los miedos…

El miedo a los finales de Agosto, negros oscuros y con recuerdos reprimidos en su día con alcohol y hachís que sólo el tiempo pudo hacerme superar. El miedo a no saber si te agobio o si te estoy dejando escapar. El miedo a perderte, a cagarla otra vez como la cagué hace años… El miedo a volver a estar sólo… Y el miedo a volver al bar y salir a la lluvia, abrocharme el abrigo y empezar a calentar las piedras otra vez, con un clipper viejo y flojo manchándome las yemas de marrón…

domingo, 29 de julio de 2012

Sunday.


Los ojos me pican. Y me pesan. Mis pulmones, llenos aún de humo descansan sobre mi débil estómago que se esfuerza en digerir la comida llena de pimienta que he tomado hace un par de horas. Entretanto me pica la cabeza y mi barba huele a Cuba. A la Habana, a Fidel y a humo. A fuego y cenizas. Aún siento la cerveza en mi sangre y, como no podía ser de otro modo, decido tomarme otra. Dicen que al fuego con fuego y no conozco mejor remedio para la resaca que un buen cañón por la mañana. Aunque ya llega un poco tarde… Y sin embargo todo esto es trivial, vanal, carente de toda importancia. Incluso, casi rutinario teniendo en cuenta qué día de la semana es hoy. Y es que hoy es ese día. Ese puto día que mis hormonas están más desatadas que nunca y luchan por aflorar todas juntas en un instinto animal en el que lo único que me apetece eres tú. Y tumbarme toda la tarde contigo al lado. Como un perro que no tiene nada mejor que hacer. Y lo sabe. Sería lo que más me apetecería ahora mismo. Pero tengo que conformarme con lo que tengo. Enfrentarme a mi problema, que no estás aquí. Y precisamente entonces un torrente de proteínas despega como el transbordador Challenger en dirección al universo. Hoy te necesito. Menos mal que en unas horas podre sentirte de nuevo.

lunes, 18 de junio de 2012

España.


Estoy hasta los cojones. Hasta los cojones de España. De ti patria ciega y estúpida que nunca ha hecho nada en condiciones. De tu hipocresía judicial, de que los que más culpa tienen y roban millones se van a su casa a masturbarse regodeándose en su crapulencia y ego y que gente que roba pan para poder comer dé con sus huesos entre los barrotes de una comisaría o peor aún… De que casos de importancia se tomen a verdadera coña. De que todo se lleve a cabo mal, tarde y a carrera. De tu gente pasiva que prefiere sentarse en el sillón de su salón a ver gritar en un TeleCirco a una panda de fantoches medio analfabetos que no buscan más que el lucro a base de decir babayadas. De tus triunfitos que todos vosotros propiciáis en vuestras casas y luego dan como resultado sanguijuelas que rotan de un show televisivo a otro buscando nueva sangre de la que nutrirse. De que cualquier género musical que se salga de lo tradicional lo encontréis suburbial, marginal, impuro e indigno de sonar en cualquier medio que no sea por internet. Eso sí si nos buscamos la vida. De gente que se considera artista prostituyendo sus ideas cuando debería compartirlas o, de venderlas, no hacerlo a un precio abusivo. De que gente con menos estudios que yo gane 30.000 machacantes anuales y yo esté aquí haciendo números para poder llegar a fin de mes. De esos apatrios y liberales que reniegan de tu bandera pero cuando juega la selección se pintan la cara de rojigualda. De que esté mejor visto ser un paisano de sesenta y tantos años que se emborracha al llegar del curro y le pone la cara mullidita como un pan a su mujer a fumarte un canuto con un colega en un banco sin hacer daño a nadie. De que todos se crean el ombligo del puto mundo y miren antes por su propio beneficio. De que aquí para tener un curro decente o le comes la polla al jefe sifilítico de turno o tengas que ser el sobrino del mismo o el que se cepilla a su hija, hermana, o cualquier familiar. De que todo el mundo aquí va por la vida como aquel ti que dijo lo de “Aquí manda mi polla.” Y no consientamos que nos digan ni pío si es para llevarnos la contraria. De que os la suda lo que pasa mientras tengáis un plato de bazofia que llevaros a la boca. De que a pesar de existir infinidad de partidos políticos esto parezca un bipartidismo calcado al de U.S.A. Los de centro y los de derechas. De que el espíritu real del socialismo haya salido en ligueros por la ventana dejando sus huellas en el asfalto para que fuese imposible seguirle la pista. De que la homosexualidad fuera de casa la veáis perfectamente pero entre vuestras cuatro putrefactas paredes sigáis siendo tan tolerantes como hace 50 años. De que vayamos de aconfesionales por el mundo y tengamos a la Santa Madre Iglesia comiendo del pan que le damos y no precisamente migas. De que seamos el último pedo del culo que es Europa y sigamos pensando que acabaremos cortando alguna tajada del bacalao. De que nos llamen a las reuniones de esa logia llamada el G20 y vayamos sin saber que somos el lastre que tienen que levantar y no hay ninguna otra razón para que nos inviten a esa fiesta. De que las horas que yo paso leyendo por mero placer sean más que las que pasa trabajando la mayoría de la clase política. De todo. De nada. De ti. De tu pasado. Y seguramente de tu futuro. Estoy hasta los cojones, España. Y lo peor es que seguís ciegos. En vuestro sofá, mientras la polla del barbudo os sodomiza viendo a Belén Esteban y a Ramón García...

jueves, 26 de abril de 2012

Delirium Tremens


El frio de la calle congela mis ventanas y baja la temperatura de mi cuarto mientras yo en camiseta doy un respingo por el escalofrío que me deja la carne de gallina al sentirlo. La luz de un fluorescente bastante viejo que a veces parpadea ilumina un escritorio donde una estilográfica rocía un folio blanco, puro, casi angelical con pequeñas motitas de vicio y tinta negra al recargarse por unas manos manchadas de lo mismo que la manipulan cuidadosamente. Entonces la pluma comienza a deslizarse por el papel y empieza a desplegar su magia, dibujando líneas que más o menos juntas le dan profundidad a las curvas que dibujan una silueta. Delgada, con curvas no muy pronunciadas, estilizadas con el resto del cuerpo pero abundantes. Una melena. Está de espaldas, sentada abrazándose por encima de las rodillas con los pies descalzos hacia un lado. Desnuda como dejan entrever los huecos en su melena dando a entender que no lleva sostén. Es lo más natural que he visto en toda mi vida, y a la vez artificial como si no formase parte de ella, de mi vida, como si fuese de una galaxia aparte, de un mundo exterior, un ángel, por enmascararlo un poco. Me mira mientras sujeta un cigarrillo entre los dedos y me mira como sólo ella sabe con esas pupilas que tienen un efecto casi hipnótico en mi subconsciente mientras sonríe y exhala el humo después. Hablándome mientras yo dibujo su ser etéreo que poco a poco se desvanece cuando suena el despertador y yo me cago en los putos madrugones que no me dejan disfrutarla a gusto. Por suerte queda menos para sentirte cerca, real, fresca y cálida. Como cuando me muerdes el labio de esa forma que sabes que me gusta… No sé si estoy volviendo a soñar o ya me encuentro delirando… Pero estás volviendo a invadir mi mente en este preciso instante…

domingo, 29 de enero de 2012

Una cara.

Aristóteles no tenía ni puta idea con eso de los extremos. Los hombres buscamos que tengas cara de cachonda para echarte un polvo. Y para salir contigo queremos que tengas carina de ángel. Y el ideal entre los dos extremos no existe. Se llama lo que te toca. Te conformas. Y punto pelota. Necesito una cara ya...