martes, 2 de febrero de 2010

La sensacion

¿Alguna vez has tenido esa sensación de que no puedes concentrarte en nada, en absoluto? Esa sensación que, a veces, como una cancion taladra tu cráneo hasta alojarse muy adentro, tan adentro que no puedes ni tan siquiera sacarla de ahí, consiguiendo que, en un intento tras otro, vanamente inútiles, no eres capaz de pensar en otra cosa… Esa sensación que te producen la bendita ignorancia y la felicidad, llevando tu cuerpo a un estado cercano al nirvana, al sumo placer, a la calma en sí. Dicha sensación tiene un poder de abstración sobrenatural: consigue increíble y fortuitamente que te olvides de todo aquello que es ajeno a LA SENSACIÓN y a tu ser propio…

Dicha sensacion invade cada resquicio, cada oquedad, cada intersticio habido y por haber entre tus vagas neuronas que nada tienen más productivo que hacer que concentrarse en ella apartando temporalmente todo el resto. Esta sensación puede durar desde apenas unos segundos hasta incluso varias horas… depende de LA SENSACIÓN EN SÍ.
Durante la sensación nada importa mas que tres cosas, LA SENSACIÓN EN SÍ, TU SER EN TÍ y la relación de simbiosis que ambos guardais y que hace, de un modo casi magistral, demoníaco incluso que la ausencia del uno produzca la desaparicion del otro y viceversa. Así es LA SENSACIÓN. Penetra en mi ser inconfundiblemente, ingualablemente, sumiéndome en un trance ancestral que perdura cuanto ella quiere y que nada PODÍA igualar. Hasta ahora. Tu perfume se introduce en mis fosas inundando mi pituitaria empregnando de un embriagador aroma todo mi ser, sumiéndome en el mismo nirvana, en el mismo trance que LA SENSACIÓN, abstrayéndome de todo lo mundano que me rodea improductivamente… la duración de esta nueva sensación es quasi ilimitada, pues únicamente aquello capaz de abstraer a un cuerpo de sus obligaciones como tal puede en estos momentos devolverme a lo terrenal y privarme del edén de tu recuerdo…
Pensé que nunca llegaría a experimentar de nuevo esa SENSACIÓN, pero tu has conseguido que, nuevamente, igual que un recién nacido se maravilla del salir del sol, de las nubes, de los ríos fluyentes al morir al mar que es el vivir… que vuelva a disfrutar de la vida, del vivir, y de TU SENSACIÓN.

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