martes, 19 de julio de 2011

Consume.

Consume.

Calor. Mucho calor. Demasiado. Tanto que mi piedra no necesita ni mechero para deshacerla. Tanto que la resina de la felicidad se me pega a la palma de la mano junto con el tabaco. De lo malo el papel rula como nunca, al estar tan seco no se queda pegajoso. Total que aquí me hallo. Tirado en el sofá. En gayumbos, escuchando música a todo volumen rollo retro en plan Iron Butterfly para alucinar como nunca. Con el porro en la boca, y una buena cerveza al lado para refrescarme el gaznate de vez en cuando. Pero no. No se da la cosa. Estoy sólo en casa. Escuchando Rise Against. Mas aburrido que en una carrera de percebes. Oyendo wake me up inside, tell me there’s a reason to take another step. Pero nada. Que no la veo oye. No hay una puta forma de dar otro paso. Estás planchado en tu puta silla sin nada mejor que hacer que consumir. Consumir luz. Consumir electricidad. Consumir música. Consumir drogas. Consumir. Consumir información. Consumir binario. Consumir. Consumo. Consume. Parece que todo se reduce a esto ¿no? Salir y tomar algo. Consumir. Salir de fiesta a emborracharte. Consumir. Comprarte ropa nueva. Consumir. Ir de rebajas con alguien. Consumir. Ir a la playa y tomar un helado. Consumir. Y nadie hace nada por cambiarlo. Todos estamos mejor así. Me doy asco a mí mismo. Creo que me voy a tirar a dormir un rato en el prado. Así sólo consumiré el agua del riego y el sueldo del jardinero público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario